Si planeas viajar a Estados Unidos por motivos temporales, es necesario tramitar una visa de no inmigrante. Entre las más solicitadas por ciudadanos mexicanos se encuentran la B-1 y la B-2, ambas diseñadas para estancias cortas pero con finalidades diferentes. La visa B-1 corresponde a actividades de negocios, como asistir a reuniones con socios comerciales, participar en conferencias profesionales, educativas o científicas, resolver asuntos legales, firmar contratos o concretar negociaciones.
En cambio, la visa B-2 está destinada a actividades personales o recreativas, incluyendo turismo, visitas a familiares o amigos, atención médica, asistencia a eventos sociales, participación en concursos no remunerados o cursos breves con fines recreativos que no otorguen créditos académicos.
Es importante señalar que una solicitud puede ser rechazada si se miente en el trámite, se presentan documentos falsos, existen antecedentes penales o migratorios graves, problemas de salud pública o se aparece en listas de vigilancia. En caso de negativa, es posible volver a solicitar la visa, pero el pago de la tarifa deberá realizarse nuevamente.
El proceso de solicitud inicia localizando el consulado más cercano en la página oficial de la Embajada de Estados Unidos en México. Después deberás llenar en línea el formulario DS-160, descargar e imprimir la hoja de confirmación.
El siguiente paso es cubrir la tarifa de 185 dólares, válida por 10 años, aunque se incrementará a 250 dólares a partir de octubre de 2025.
Posteriormente, se agenda una cita en el portal habilitado, donde todos los solicitantes, incluidos menores de 14 años y mayores de 79, deben acudir a entrevista. Finalmente, se espera la resolución del caso.
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