En una muy tráete ceremonia, familiares, ciudadanos y políticos le dieron el último adiós al alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos Catalán, asesinado y decapitado ayer domingo, quién ya fue sepultado en el panteón municipal.
El servicio público fue realizado en la Iglesia de Santa Cruz de Chilpancingo, en donde el féretro con el cuerpo del alcalde llegó desde temprano hora con la vigilancia de la Policía estatal.
Poco después se realizó otra ceremonia religiosa en la Catedral de la Asunción, en pleno centro de Chilpancingo, para posteriormente dirigirse al panteón a darle la cretina sepultura.
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