Todos sabemos que el título de esta columna es una mentira. Es falso. Ricardo Monreal no es miembro del PRI, es miembro de Morena y uno de sus integrantes más destacados y poderosos. Pero vamos a imaginar que alguien tiene un resentimiento con Monreal y en su cuenta de Twitter, Facebook, en algún blog y en los espacios de comentarios de todos los periódicos ese resentido pone todos los días, a todas horas, esa mentira y hasta le invierte un poco de dinero en promoción a la frase que da título a esta columna. Imaginemos que esa persona sabe algo de códigos y redes sociales y en un par de meses cuando uno pusiera en Google el nombre “Ricardo Monreal”, los primeros resultados de esa búsqueda siempre sean que Monreal es miembro del PRI. El horror.
Quiero suponer que Monreal quisiera que eso se borrara, que tal mentira horrible desapareciera del ciberespacio, que el responsable fuera sancionado y, al menos, su acceso a internet prohibido o limitado. Sí, censurado.
Lo que acabamos de imaginar no es inusual. Por ejemplo, hace unos días la reportera de Tecnología de The New York Times, Kashimir Hill, publicó la historia de una familia completa que, por una ex empleada resentida, pasó años siendo calumniada de la peor manera en redes, páginas y en Google, terminando con su reputación. Cuando descubrieron a la culpable y emprendieron acciones legales, ella les recetó lo mismo a los abogados, y en la Corte argumentó su libertad de expresión. Las plataformas, por cierto, no hicieron nada a pesar de múltiples procedimientos hasta que la nota salió en el NYT.
Monreal quiere regular las redes sociales e internet. Y habla de la libertad de expresión y el derecho al acceso a la información. Su regulación siempre menciona lo que las redes le hicieron a Trump y no menciona mucho las mentiras que el ex presidente publicaba. Entiendo la preocupación en el mundo por empresas privadas decidiendo a quién saca de las redes o no. Pero tal vez el mayor problema de las redes hoy es el de las mentiras y falsedades reproducidas exponencialmente, el ejemplo de QAnon en EU es uno de ellos.
Tal vez por ahí debería empezar la preocupación de Monreal, no vaya a ser que de repente algún maldito se ponga a llenar el ciberespacio con la mentira horrorosa que el líder de Morena en el senado es un ilustre priista.
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