Una vez expirado el plazo legal a la medianoche del martes, la administración federal de Estados Unidos inició un paro técnico de sus funciones este miércoles, como consecuencia directa del fracaso del Congreso en ratificar la partida presupuestaria correspondiente al nuevo año fiscal.
Este bloqueo legislativo, marcado por las discrepancias entre demócratas y republicanos, ha forzado la interrupción inmediata de la actividad en numerosos departamentos gubernamentales. Bajo este escenario, cientos de miles de funcionarios federales catalogados como “no esenciales” han sido suspendidos de sus labores sin derecho a remuneración. Los servicios considerados imprescindibles, como la defensa nacional, la seguridad fronteriza, la atención en hospitales castrenses y la navegación aérea, se mantienen operativos, aunque su personal trabajará en espera de que se regularice el pago.
La interrupción tiene un alcance amplio, con efectos inmediatos en la expedición de pasaportes, el acceso a parques nacionales, la ejecución de ayudas sociales y la realización de trámites federales. La Asociación de Viajes de EE. UU. calcula que el impacto económico ascendería a unos 1,000 millones de dólares cada semana, con el sector turístico y la aviación comercial como los más perjudicados. Durante el último cierre gubernamental significativo, entre 2018 y 2019, las pérdidas para la economía nacional superaron los 11,000 millones de dólares.
La última iniciativa presentada por los republicanos, que proponía un fondo provisional para siete semanas, fue desestimada en el Senado. La disputa política se centra en la exigencia demócrata de incorporar partidas para subsidios sanitarios en el texto presupuestario, una condición que el presidente Donald Trump y su grupo parlamentario se niegan a aceptar, abogando por una ley de gasto sin adiciones.
No existe una previsión clara sobre la duración de esta situación. Aunque las conversaciones entre las partes continúan, la administración pública funcionará de manera limitada hasta que se alcance un acuerdo. Expertos alertan de que, de extenderse en el tiempo, este cierre podría comprometer áreas como la expedición de visados, los proyectos de investigación científica y la actividad en los juzgados federales.
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