Ni los cubrebocas ocultan el desánimo, la desesperanza, y la preocupación por esta pandemia y sus impactos en la salud pública y la economía.
Sin afanes catastróficos, la realidad es que el Mundo -y México no es la excepción- vivirán una Navidad compleja en todos los sentidos.
Basta con caminar por las calles y detenerse a observar, a leer rostros, en cada esquina hay una historia que contar…
MéxicoYa, salió a conversar con los ciudadanos de a pie, con los más vulnerables, y estos son sus testimonios.
TERESA LÓPEZ, SU HIJO DE 29 AÑOS, FALLECIÓ POR COVID-19
Tere, como le llaman cariñosamente, es trabajadora del hogar, y desde que la pandemia comenzó ha vivido un infierno, según relata.
Para ella no hay Navidad, nada que celebrar. No viste de negro, pero el luto lo lleva por dentro y se ha quedado a cargo de su nieta, luego que su hijo muriera de coronavirus.
-¿Cómo será tu Navidad en tiempos de Covid_19?
“Muy triste, tuve a mi hijo en el hospital, no había medicamentos, había que comprarlo todo por fuera, es muy triste, él falleció y será una Navidad muy triste; independientemente del fallecimiento de mi hijo por Covid, mucha gente está muy mal económicamente y yo creo que para todos será muy triste.
“Será la Navidad más difícil de mi vida: económicamente, moralmente, con la angustia de salir diario a trabajar y llegar a casa y hacer la limpieza de nuestro cuerpo completamente, sanitizar. Será muy difícil no solamente para mí, para todos en general”
TENEMOS SALUD, YA CON ESO, HAY ALGO QUE CELEBRAR: PEDRO BALDERAS, VENDEDOR DE TACOS DE CANASTA
A Pedro siempre se le ve con su bicicleta justo en la esquina de Calzada de los Leones y Fujiyama.
Detrás de su cubrebocas no podía esconderse una mirada extraviada, pensativa. Siempre tiene muchos clientes pero hoy no había nadie.
-Hola, Pedro, ¿Cómo va?…
-“Mal, casi no he vendido nada y eso que traje pocos tacos” -respondió.
-¿Cómo será su Navidad en tiempos de COVID-19?
-Ahora sí que, nada más mi esposa y la niña
¿Van a cenar algo especial? ¿Hay dinero?
-No, para serle franco, casi no hay
-Lo veo triste…
-Sí, un poquito, además ya se siente frío
-¿Cómo estuvo la venta de taquitos hoy?
-Bien baja la venta hoy
-¿Y de salud cómo están?
Bien, bendito sea Dios bien, ya hay algo que celebrar con eso, con que estemos bien de salud sería todo-
Pedro se quedó solo junto a su bicicleta con los tacos que no se han vendido.
Como el 50% de los mexicanos, no tiene seguro médico de ningún tipo.
NO HABRÁ POSADAS, NI PIÑATA, NI NADA: TABATA CEBADA, ESTILISTA
-¿Cómo será tu Navidad en medio de esta pandemia?
-Va a ser una Navidad muy triste porque no se puede disfrutar gran cosa, nada más con mis papás y mi hijo, nada más nosotros
-¿Harán posada, piñata, fiestas o algo?
-Nada, nada, todo sencillo, una comida muy sencilla, en realidad no hay gran festejo. No se puede
-¿Alguien en tu familia se ha infectado con COVID-19?
-Gracias a Dios todos están bien, procuramos cumplir todas las medidas, nos estamos cuidando-
QUISIÉRAMOS QUE DIOS NOS AYUDE: LOURDES GARCÍA, LA CIUDADANA “INVISIBLE”
Lourdes camina afuera de un banco ofreciendo pares de calcetines.
“A 20 pesos el par”.
No tiene un puesto, solamente carga una pequeña maleta porque dice que le “avientan” a la patrulla y la corren. Ya cumplió 60 años, nadie le quiere dar empleo, tiene un hermano que sufrió un derrame cerebral y dos hijas que son madres solteras.
Cuando ofrece sus productos, la mayoría de la gente ni siquiera la voltea a ver, es “invisible”.
“Esto vendo para pasar esta pandemia. Desde marzo no trabajo”
-¿En qué trabajaba antes de la pandemia?
-En casas, haciendo quehacer”
-Lleva horas vendiendo los calcetines…
-Sí, hay que sacar para comer, para renta, para pagar mis gastitos
-¿Cómo es la Navidad en tiempos de pandemia?
-Es muy triste porque quisiéramos que Dios nos ayude, si es que creemos en algo, que nos ayude no solo para mí, para el mundo completo, para que salgamos con bien de esta pandemia y ya no “haiga” más muertitos en ningún lugar del mundo. Es muy difícil vivir así
LA ESPERANZA APARECE LUMINOSA, COMO SOLO ELLA PUEDE SER…
Sobre Paseo de la Reforma, un hombre en situación de calle está sentado en una banca.
Se llama Juan. Lleva un cubrebocas desgastado y sucio.
Al preguntarle ¿cómo estás?, su respuesta es distinta.
“Estoy bien”, contesta con una sonrisa sin dientes.
-¿Y cómo será su Navidad en tiempos de COVID-19?
-Para mí siempre es Navidad
-¿Cómo?
-Mira, la Navidad es un estado de ánimo, de querer ser feliz, de dar. Yo no tengo nada material pero tengo todo lo demás: ¡mira al cielo!, ¿ya viste los árboles?, y éste es mi perro, con él comparto lo que tengo, mi vida, el día, la noche, la felicidad. Ha estado haciendo frío pero nos abrazamos al dormir y el otro día nos regalaron esta cobija. Cuando yo era niño, una vez mi mamá me regaló unos soldaditos de plástico, tengo ese recuerdo bonito y con eso me basta.
Si me da eso del “covit” ya estará de Dios… Pero yo creo que no me va a dar porque soy de fe y aunque no tenga casa, ¡toda la ciudad es mía!, y siempre encuentro gente buena que me da algo de comer.
Me gustaría que alguien me compartiera algo de su cena, eso me da ilusión porque la mitad le tocaría a mi fiel amigo.
La vida es muy bonita si sabes mirar a tu alrededor. También puedes hacer que todos los días sea Navidad si tú quieres, o sea, estar contento, como cuando escuchas que extraños se desean cosas buenas.
También hay gente que me trata mal o me corren de los lugares pero pienso que, no son felices y por eso se portan así.
No hay un solo día que no encuentre almas buenas, tú tienes un alma buena
– ¿Qué te hace pensar eso?…
Me acabas de dar una torta y estás aquí. Eso es la Navidad: ser lo mejor que podemos ser siempre, no solamente un día del año
Juan se quedó en la banca comiendo una torta, la mitad le correspondió a su perro.
La esperanza aparece luminosa, como solo ella puede ser, resplandece aún en medio de la pandemia por el COVID-19.
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