Acapulco vivió su segundo día de anarquía en el transporte público, ciudadanos caminan hacia sus trabajos y sus hogares por la falta de transporte, ya sea por la inseguridad o por una forma de presión para capitalizar sus exigencias.
En las calles vacías, hay tensión, temor e incertidumbre, ya sea por los ataques que se han registrados en algunos sitios de taxis o por las amenazas que circulan por Whatsapp, pero ante eso, los gobiernos municipales y estatales se muestran pasivos y solo se limita a decir que hace recorridos y supervisa que todo esté en orden, aunque sepan que no lo está.
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