El próximo 30 de agosto se cumplirán dos meses desde que Fernando del Solar partió de este mundo, a los 49 años, luego de que su lucha contra el cáncer linfático y una neumonía le arrebataron la vida.
Y si bien, su repentina muerte no sólo conmocionó a la industria del entretenimiento, sino a sus queridos, lo cierto es que entre Ingrid Coronado y su última esposa, Anna Ferro, surgieron dimes y diretes por las supuestas deudas y herencia que dejó Fernando.
Todo comenzó hace unas semanas cuando Ferro reveló en una entrevista que presuntamente Ingrid había demandado al argentino por la manutención de sus hijos, situación que, aunada al fallecimiento del padre de Fernando, hizo que sus últimas semanas de vida fueran muy difíciles para él.
“El día después de la muerte de su padre tuvimos un estudio socioeconómico por esa demanda (que interpuso Ingrid Coronado). Es la primera demanda que me ponen en mi vida. ¡Nunca me habían demandado!”, fue parte de lo que declaró Anna a la revista ¡Hola!
Pronto, Coronado solicitó su derecho de réplica en un documento en el que aclaró que nunca demandó a Fernando del Solar antes de su muerte y explicó que en realidad la demanda fue interpuesta por el conductor argentino contra ella.
“Lo cierto es que en el año 2016 se promovió una demanda de divorcio en mi contra. Dicho proceso se encuentra pendiente de resolución definitiva, por lo que, durante el mes de mayo de 2022, la Jueza de la causa ordenó (oficiosamente) la realización de un estudio socioeconómico a ambas partes”, aseguró.
También dijo que las pensiones de sus hijos no han sido cubiertas en su totalidad desde hace más de un año y resaltó que las obligaciones alimentarias subsisten aún después de la muerte de algunos de los deudores alimentarios.
De hecho, su incumplimiento constituye un hecho ilícito e, inclusive, un delito, por lo que Anna Ferro tendría que hacerse cargo de la manutención de los hijos que tuvo Fernando con Ingrid Coronado, de acuerdo a la ley en México.
El Código Civil señala que las obligaciones tendrían que ser abarcadas por su familia en orden de línea de cercanía y tendría que existir una sucesión de adeudos y pensiones para cobrarse de las propiedades, lo que podría afectar a Anna.
“Los adeudos y las pensiones se van a cobrar de los bienes que haya dejado el fallecido, no de los abuelos, ni ningún otro familiar, es de las mismas propiedades que tenga”, sentencia la ley.
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