Es evidente que el movimiento de las mujeres es uno que desubica, confunde y por lo tanto hace enojar al presidente Andrés Manuel López Obrador. No es uno para el que tuviera preparadas respuestas, como tiene para tantas otras cosas desde hace tanto tiempo, y por lo tanto ha tenido que recurrir a su clásica “son los conservadores”.
Desde el año pasado con la primera marcha quedó claro que ese será el movimiento más problemático para el gobierno. En su video de ayer, desde Palenque, habló de “fascistoides”, mencionó a Franco, a Hitler y a Pinochet… En fin, un poco incomprensible eso un día antes de la marcha de hoy.
El problema es que entre los asuntos que demanda el movimiento de mujeres, hay uno que claramente no es de conservadores y ni de broma se subirían ni por molestar a la 4T, y en el que el gobierno se ha quedado —seré generoso—muy corto. Me refiero al aborto.
Un grupo de diputadas de Morena, junto con algunas de MC y PRD, han empujado reformas al código penal federal que han terminado en ninguna parte, que el mismo Presidente parece haber detenido proponiendo una consulta: “En temas muy polémicos, lo mejor es que se consulte a los ciudadanos, que no se imponga nada, que todo sea de acuerdo con la decisión mayoritaria de las personas, y en este caso de las mujeres, que decidan con libertad, pero que no se imponga nada».
La secretaria de Gobernación, que hace mucho ha querido que el aborto de despenalice en el país, se quejó —es un decir— pero entendió el mensaje del jefe y dijo este año: «Es que no se van a consultar derechos, se van a establecer tipos penales. (…) Los derechos no son discutibles, están en la Constitución, en las convenciones internacionales.
Lo que se va a discutir son los tipos penales, la tipología penal y la criminalización o no de una conducta”; para después decir que la lucha estaba en los estados con los legisladores locales. Y ahí, pues es el camino es larguísimo si no que casi imposible.
El aborto libre y voluntario, salvo restricciones en tiempos de gestación, existe solo en dos entidades. Morena tiene mayoría en varios Congresos estatales y todo indica que la tendrá en más después de las elecciones. ¿No sería diferente si desde Palacio Nacional se emitiera una señal? ¿Un signo? Y a esa victoria de las mujeres no habría conservador que se anotara.
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