Un hombre que se hizo pasar por un buen samaritano, como acto de buena fe, invitó a comer a un conocido restaurante de Torreón, Coahuila, a varios personas que estaban deambulando en la calle.
Se está manera disfrutó de mariscos y bebidas, junto a una señora y dos jóvenes que vendían paleras que le aceptaron la invitación.
Más tarde el hombre se levantó de la mesa señalando que iba a comprar cigarros, pero nunca regresó, dejando a sus “invitados” con una cuenta que superaba los dos mil pesos.
Hasta el momento se desconoce su identidad a y el restaurante tuvo que absorber las pérdidas económicas que esta comida le generó.
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