El Consejo de Seguridad de la ONU pidió iniciar conversaciones para crear un nuevo gobierno en Afganistán y poner fin a las disputas y los abusos después de que el jefe del organismo, Antonio Guterres, advirtió sobre restricciones “escalofriantes” a los derechos humanos y crecientes violaciones contra mujeres y niñas.
El consejo de 15 miembros emitió una declaración, acordada por consenso, después de que Guterres llamó al organismo a “utilizar todas las herramientas a su disposición” para reprimir una amenaza terrorista global de Afganistán y garantizar el respeto de los derechos humanos.
“No podemos ni debemos abandonar al pueblo de Afganistán”, dijo Guterres al Consejo de Seguridad.
Los talibanes entraron en Kabul y el presidente Ashraf Ghani abandonó Afganistán el domingo, cuando los militantes islamistas tomaron el control del país, 20 años después de haber sido expulsados por una invasión liderada por Estados Unidos.
“Estamos recibiendo informes escalofriantes de severas restricciones a los derechos humanos en todo el país. Me preocupan particularmente los relatos de las crecientes violaciones de derechos humanos contra las mujeres y niñas de Afganistán”, dijo Guterres.
El Consejo de Seguridad enfatizó la importancia de combatir el terrorismo en Afganistán para asegurar que otros países no sean amenazados o atacados, y dijo que “ni los talibanes ni ningún otro grupo o individuo afgano deben apoyar a los terroristas que operan en el territorio de ningún otro país”.
Pidió además el cese inmediato de todas las hostilidades y el establecimiento, mediante negociaciones, de un nuevo gobierno que debería incluir mujeres.
Las fuerzas afganas respaldadas por Estados Unidos derrocaron a los talibanes en 2001 por negarse a entregar al líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, después de los atentados del 11 septiembre de 2001 contra Estados Unidos.
Expertos independientes de la ONU informaron al Consejo de Seguridad el mes pasado que Al Qaeda está presente en al menos 15 provincias afganas, compuestas principalmente por ciudadanos afganos y paquistaníes, pero también personas de Bangladés, India y Myanmar.
“Afganistán nunca debe volver a convertirse en un refugio para terroristas. Este es el resultado final”, dijo al consejo el embajador adjunto de China ante la ONU, Geng Shuang. “Esperamos que los talibanes… rompan con las organizaciones terroristas”.
El embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia, dijo que la rápida derrota de las fuerzas gubernamentales por parte de los talibanes “tomó a todos por sorpresa”.
“Actualmente creemos que no tiene sentido entrar en pánico… se ha evitado un baño de sangre generalizado entre la población civil. Instamos a todas las partes afganas a que se abstengan de las hostilidades y promuevan un arreglo pacífico”, sostuvo.
ABUSOS CONTRA MUJERES
Bajo el gobierno talibán entre 1996 y 2001, las mujeres no podían trabajar, las niñas no podían ir a la escuela y las mayores tenían que cubrirse la cara e ir acompañadas por un familiar hombre si querían salir de sus casas.
Pero funcionarios talibanes han dicho que quieren tener relaciones internacionales pacíficas y prometieron respetar los derechos de las mujeres.
La embajadora de Irlanda en la ONU, Geraldine Byrne Nason, pidió al Consejo de Seguridad que apoye a las mujeres de Afganistán en medio de “informes múltiples y creíbles de ejecuciones sumarias, matrimonios forzados y violencia sexual y de género”.
“Según los informes, los talibanes han dicho que las mujeres no tienen nada que temer”, dijo al consejo. “Decirle a la comunidad internacional lo que quiere escuchar no engañará a nadie. No haremos la vista gorda ante la verdad”.
El embajador de Afganistán ante la ONU, Ghulam Isaczai, dijo al Consejo de Seguridad que hablaba en nombre de millones de personas “cuyo destino pende de un hilo”, incluidas las mujeres y las niñas “que están a punto de perder su libertad para ir a la escuela, trabajar y participar en la vida política, económica y social del país”.
Isaczai pidió al Consejo y a las Naciones Unidas que no reconozcan a ningún gobierno que llegue al poder por la fuerza ni a ninguno que no sea inclusivo.
Naciones Unidas, que cuenta con unos 3,000 funcionarios nacionales y unos 300 internacionales sobre el terreno en Afganistán, dijo el viernes que parte del personal había sido reubicado en Kabul, pero que ninguno había sido evacuado.
“La presencia de Naciones Unidas se adaptará a la situación de seguridad. Pero, sobre todo, nos quedaremos y prestaremos apoyo al pueblo afgano en su hora de necesidad”, dijo Guterres.
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