El rey Carlos III se comprometió a seguir el ejemplo de su difunta madre al ser proclamado de forma oficial como nuevo monarca de Reino Unido en una ceremonia histórica que contó con pompa, tradiciones centenarias y gritos de “Dios salve al rey”.
La muerte el jueves de la reina Isabel a los 96 años, tras siete décadas en el trono, puso en marcha los planes, largamente establecidos y muy coreografiados, de varios días de luto nacional y un funeral de Estado que se celebrará en poco más de una semana.
Carlos, de 73 años, sucedió de manera inmediata a su madre, pero un Consejo de Ascensión se reunió el sábado en St James -el palacio real más antiguo del Reino Unido, construido por orden de Enrique VIII en la década de 1530- para proclamarlo rey.
⚫ His Majesty The King was formally proclaimed King Charles III at the Accession Council held at St James’s Palace.
⚫ In Windsor and Balmoral, members of The Royal Family have viewed floral tributes that have been left in memory of The Queen.https://t.co/hXIgRRjf3U
— The Royal Family (@RoyalFamily) September 10, 2022
El consejo -formado por los consejeros privados, cuya función centenaria es asesorar al monarca- incluye a su hijo y heredero Guillermo, a su esposa Camila y a la nueva primera ministra británica, Liz Truss, que firmó la proclamación de ascensión al trono.
Seis ex primeros ministros, obispos y varios políticos gritaron “Dios salve al rey” cuando se aprobó el anuncio.
“Soy profundamente consciente de esta gran herencia y de los deberes y las pesadas responsabilidades de la soberanía que ahora me han tocado”
“Al asumir estas responsabilidades, me esforzaré por seguir el inspirador ejemplo que se me ha dado en la defensa del gobierno constitucional y por buscar la paz, la armonía y la prosperidad de los pueblos de estas islas y de los reinos y territorios de la Commonwealth en todo el mundo”, agregó.
Más tarde, en la Galería de la Proclamación, un balcón sobre el Friary Court del Palacio de St. James, el Rey de Armas Principal de la Jarretera, David White, acompañado por otras personas vestidas con trajes heráldicos dorados y rojos, leyó la Proclamación Principal, mientras sonaban las trompetas.
“Considerando que ha complacido a Dios todopoderoso llamar a su misericordia a nuestra difunta soberana, la reina Isabel II de bendita y gloriosa memoria, por cuyo fallecimiento la corona del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, es única y legítimamente del príncipe Carlos Felipe Arturo Jorge”, proclamó White.
Los soldados vestidos con los tradicionales uniformes escarlata gritaron “hip, hip, hurra” mientras White pedía tres vivas para el rey.
Centenares de personas a las que se permitió el acceso al lugar, entre ellas niños pequeños a hombros de sus padres, una mujer que llevaba flores y personas mayores en “scooters” de movilidad, observaron el acto. Muchos de ellos capturaron el momento con sus móviles.
POMPA REAL
Carlos es el monarca número 41 de una línea que se remonta al rey normando Guillermo el Conquistador, que se hizo con el trono inglés en 1066. Los actos del sábado reflejaron proclamaciones para anunciar nuevos reyes y reinas que se remontan a cientos de años atrás.
Fue la primera proclamación televisada de un monarca y, para la mayoría de los británicos, el primer acontecimiento de este tipo en su vida, ya que Isabel fue la única monarca que han conocido. El propio Carlos tenía sólo tres años cuando ella se convirtió en reina en 1952.
Tras los actos en St James, una banda militar condujo a soldados, heraldos y hombres con trajes ceremoniales que portaban estandartes y picas a través de la antigua City de Londres hasta el Royal Exchange, el primer centro comercial de la capital, que data de 1566, donde se leyó de nuevo la proclamación.
El anuncio también se pronunció en las otras capitales del Reino Unido: Edimburgo en Escocia, Belfast en Irlanda del Norte y Cardiff en Gales.
La muerte de Isabel, la monarca británica más longeva, generó una avalancha de homenajes en todo el mundo. Edificios y monumentos de Europa, América y África se iluminaron con el rojo, el blanco y el azul del Reino Unido.
En el Parlamento, los legisladores se alinearon para jurar lealtad al nuevo rey, encabezados por el presidente de la Cámara de los Comunes, Lindsay Hoyle, y con Truss como una de las primeras en hacerlo.
“Juro por Dios Todopoderoso que seré fiel y guardaré verdadera lealtad a Su Majestad el Rey Carlos, a sus herederos y sucesores según la ley, con la ayuda de Dios”, decía el juramento.
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