Compartir la tarjeta de crédito con familiares o amigos es algo común, ya sea por una emergencia o para no dejar pasar una buena promoción. Sin embargo, el SAT lanza una advertencia: esta práctica puede meterte en problemas fiscales si no tienes cuidado.
¿Por qué el SAT podría multarte?
El Servicio de Administración Tributaria (SAT) recuerda que cualquier compra realizada con una tarjeta queda registrada a nombre del titular, sin importar quién la haya usado. Si los gastos que aparecen superan los ingresos que declaraste, el sistema detecta automáticamente una posible discrepancia fiscal.
Y aquí viene lo serio: si no puedes justificar esos movimientos, podrías recibir una multa de entre el 15% y el 70% del monto observado.
Esto no siempre se trata de evasión fiscal intencional. Muchas veces es por descuidos, errores o incluso fraudes. Por eso, el SAT recomienda tener siempre a la mano evidencia clara de los movimientos hechos por otras personas con tu tarjeta.
¿Qué hacer si ya la prestaste?
Aunque lo ideal es no prestar tu tarjeta de crédito, el SAT entiende que muchas familias la comparten. Si ya lo hiciste, estas recomendaciones pueden ayudarte a evitar complicaciones:
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Lleva un registro detallado de los gastos que hicieron otras personas con tu tarjeta.
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Pide que te devuelvan el dinero vía transferencia o depósito, indicando claramente en el concepto que es un «reembolso» o un «préstamo».
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Cuida que tus gastos no superen tus ingresos, al menos no sin una justificación sólida.
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Consulta con un contador o asesor fiscal, sobre todo si manejas cantidades grandes o frecuentes.
En resumen, una buena organización puede ser tu mejor defensa frente a posibles sanciones del SAT. ¡Mejor prevenir que pagaar!
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