Camila, una niña de tres años de edad, estaba siendo velada cuando despertó en medio de su funeral, lo que provocó una movilización intensa por parte de su familia, que buscó trasladarla al hospital.
Días antes, la pequeña comenzó con un cuadro de vómito, fiebre y diarrea, por lo que su madre Mary Jane Mendoza la llevó al Hospital Comunitario del municipio Salinas, a 40 kilómetros de La Herradura, el pueblo en el que vivían.
“Le dieron 30 gotitas de paracetamol y me dijeron que mi hija estaba bien, que me la podía llevar a mi casa”, comentó la madre de la pequeña.
Sin embargo, Camila siguió enferma, por lo que su madre regresó con ella a urgencias en menos de 12 horas.
Tras este hecho, sucedido el 18 de agosto alrededor de las 22:30 horas, personal del hospital dijo a Mary Jane que su hija había muerto.
“Cuando agarré su cuerpo, la niña me abrazó y yo le dije al doctor que seguía viva pero él me contestó que la soltara y me sacó para esperar el certificado”, reveló la madre.
#AzucenaALas10 | En San Luis Potosí, una joven madre tuvo que escuchar que su hija Camila, había muerto… dos veces. La primera en el hospital comunitario de Salinas, sin embargo, durante el velorio, se percataron que seguía con vida aunque ya fue muy tarde pic.twitter.com/t9QHXQB27d
— Azucena Uresti (@azucenau) August 23, 2022
De acuerdo con el parte médico, Camila murió por deshidratación severa, diarrea aguda y shock hipovolémico.
La niña Camila seguía viva en funeral de San Luis Potosí
La madre volvió a La Herradura con el cuerpo de Camila, mientras que su padre solo pudo despedirse por videollamada pues no pudo volver de Estados Unidos, a donde emigró apenas en febrero pasado.
Durante el velorio, para el que contrataron una botarga de Minnie Mouse, el personaje favorito de Camila, Mary Jane notó que su hija parecía estar viva, pues no había perdido color, además de mover los ojos.
También se percató de que el vidrió del ataúd se empañaba como si alguien estuviera respirando.
Aunque la madre comunicó esto a quienes la acompañaban, nadie le creía, pues le decían que era su dolor lo que no la dejaba pensar con claridad.
Sin embargo, las personas que se acercaron al ataúd oyeron a la niña jadear, por ello, la abuela de la pequeña, decidió pasar la luz de su teléfono celular sobre los ojos de Camila.
Acto seguido, la pequeña reaccionó al estímulo y abrió los ojos, despertando así en medio de su funeral, por lo que de inmediato buscaron a una enfermera de la comunidad, quien constató que la niña estaba viva, por lo que pidieron una ambulancia.
La pequeña nuevamente fue llevada al hospital de Salinas, desde donde la remitieron al Hospital Central en la capital del estado, sin embargo, Camilia falleció en el trayecto.
De acuerdo con su segundo certificado de fallecimiento, la niña murió por edema cerebral, falla metabólica y deshidratación.
“Que ella murió de muerte cerebral. Duró bastantes horas ahí en la caja, pero ahí yo siento que es culpa del doctor que me la entregó dada por muerta”, asegura Mary Jane, quien exige justicia por el fallecimiento de su hija.
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