Por el derrame en el Golfo de México, y el incendio en la plataforma Nohoch en aguas del estado de Campeche de hace dos semanas, motivaron que la agencia calificadora Moody’s ratificara la calificación crediticia de Petróleos Mexicanos (Pemex) en B1, aunque cambió la perspectiva de la calificación a negativa, esto debido a mayores crediticios ante su incapacidad de mejorar su desempeño financiero y operativo.
“La perspectiva negativa de las calificaciones de Pemex refleja la visión de Moody’s de que, ante la falta de cambios fundamentales en la estrategia de negocio de Pemex, es probable que la compañía enfrente mayores riesgos crediticios, debido a su incapacidad de aumentar las inversiones de capital y de mejorar su desempeño financiero y operativo, como resultado de las restricciones de liquidez”, señaló la calificadora en un comunicado.
La agencia supone que el apoyo del Gobierno de México a la estatal “seguirá siendo muy alto en 2023 y 2024”, sin embargo, dado que es probable que los fundamentos financieros subyacentes de la compañía sigan deteriorándose en un escenario de falta de cambios en el modelo de negocio actual, Moody’s “prevé que, a la próxima administración (que asumirá el cargo a fines de 2024), le resultará cada vez más difícil replicar lo observado en los últimos años”.
“Esto se debe a que la perspectiva de una reducción del espacio fiscal en los próximos años restringiría la capacidad del soberano de brindar apoyo a niveles comparables a los registrados durante la administración saliente del presidente Andrés Manuel López Obrador”, añadió.
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