La planta de Mercedes-Benz en Berlín-Marienfelde se ha convertido en un punto clave dentro de la transformación digital e industrial que atraviesa el sector automotor. Lejos de limitarse a un cambio tecnológico, el proyecto que se desarrolla en esta instalación implica una revisión integral de los métodos de producción, incorporando nuevas tecnologías como inteligencia artificial, sistemas digitales de gestión y robots humanoides en funciones operativas.
Desde 2022, esta planta alberga el llamado Digital Factory Campus, un espacio de experimentación e implementación de soluciones para toda la red global de manufactura de la marca. Aquí se trabaja sobre el sistema MO360, una plataforma que centraliza datos, herramientas y procesos en tiempo real, y que ahora se ve potenciada por desarrollos propios basados en modelos de lenguaje, asistentes virtuales y herramientas de análisis automatizado.

Entre las novedades se incluye la introducción de robots humanoides que ya están siendo evaluados en operaciones internas. La empresa estadounidense Apptronik —especializada en este tipo de desarrollos— participa del proceso con su modelo Apollo, actualmente en pruebas para realizar tareas repetitivas dentro de la planta. La integración no se limita a cuestiones mecánicas: el entrenamiento de estas máquinas combina sistemas de realidad aumentada y asistencia remota para adaptarlas a entornos industriales específicos.
En paralelo al desarrollo digital, la planta también se prepara para producir motores eléctricos de flujo axial, una tecnología considerada estratégica para los planes de electrificación del fabricante. Este tipo de motor implica la implementación de procesos de manufactura inéditos: de las 100 etapas que contempla su producción, al menos 35 son completamente nuevas en la industria, lo que ha derivado en la generación de más de 30 patentes técnicas.
La aplicación de inteligencia artificial también se extiende al monitoreo de calidad y análisis de datos. Con sistemas virtuales multiagente, los equipos de ingeniería pueden detectar anomalías en la producción sin necesidad de realizar evaluaciones manuales extensas, acelerando la toma de decisiones y optimizando recursos.
El propósito de estos desarrollos, según voceros de la compañía, no es sustituir al personal operativo, sino reorganizar los procesos para que el capital humano se enfoque en tareas de mayor valor estratégico. La IA, en este contexto, cumple un rol complementario.

Otro de los objetivos del Digital Factory Campus es servir como laboratorio de validación para nuevas funciones del sistema operativo MB.OS, que ya ha comenzado a implementarse en modelos recientes. Uno de los primeros vehículos en integrar esta plataforma digital fue el nuevo Mercedes-Benz CLA, cuya producción se llevó a cabo en la planta de Rastatt, con apoyo previo desde Berlín.
La transformación de Marienfelde responde a una estrategia de largo plazo en la que conviven la automatización, la electrificación y la reorganización del trabajo. En lugar de apostar por grandes saltos tecnológicos, Mercedes-Benz avanza con una serie de cambios progresivos, cada uno diseñado para integrarse a las cadenas de producción sin disrupciones abruptas.
Con estas acciones, la planta ubicada en la capital alemana deja atrás su perfil tradicional ligado a los motores de combustión interna para posicionarse como un espacio de desarrollo tecnológico enfocado en el futuro de la industria automotriz.
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