El presidente de la Mesa Directiva, Gerardo Fernández Noroña y el ciudadano Carlos Velázquez de León Obregón firmaron un documento de conciliación donde éste último manifiesta su disculpa por un incidente que tuvo lugar en el Aeropuerto internacional de la Ciudad de México.
Fernández Noroña aceptó la disculpa pública y agradeció a Carlos Velázquez de León Obregón por el acuerdo al que llegaron, para dar por finiquitado el asunto que se originó el 20 de septiembre de 2024.
En esa fecha, Carlos Velásquez agredió física y verbalmente al legislador en una sala de espera de American Express, en la terminal 2 del aeropuerto capitalino; tras el altercado, el senador también narró que su agresor y una acompañante le arrebataron su teléfono celular y se negaban a devolverlo.
Dada la gravedad de los hechos, el área jurídica del Senado de la República presentó una denuncia ante el Ministerio Público Federal en contra del presunto responsable, por haber violentado la integridad e investidura del presidente de esta cámara del Congreso de la Unión.
“Acordamos una disculpa pública que transmitiríamos en las redes, en vivo y, dada la presencia de los medios, se hará, es pública, se hará frente a ustedes”, detalló Fernández Noroña en el acto realizado en la sala de reuniones de la Mesa Directiva del Senado, que contó con la presencia de los facilitadores de la Fiscalía General de la República, Joel Mesa Liceaga y Grisel Cruz Cuevas.
Carlos Velázquez de León Obregón dio lectura al documento en el que expresa, a la letra, una sincera y profunda disculpa al senador, por los acontecimientos ocurridos el pasado 20 de septiembre de 2024, en el Salón American Express del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
“Reconozco que mis palabras y acciones fueron inaceptables y estoy consciente de que usted, como persona y presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, merece todo mi respeto”, expresa en el documento.
También reconoció que su comportamiento de ese día no tiene justificación: “se aparta por completo de los principios que me han formado, no refleja los valores que guían mi vida personal, laboral y profesional, menos aún los del lugar en donde trabajo. Mi comportamiento de ese día no tiene justificación”.
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