El refresco ha sido una de las bebidas más populares en México desde principios del siglo XX. Con sabores que van desde la clásica cola hasta versiones que evocan aguas frescas como tamarindo o manzana, esta bebida se ha convertido en un elemento habitual en la dieta de millones. Sin embargo, su consumo frecuente puede tener efectos importantes en el cuerpo, especialmente en relación con el peso.
El alto consumo de refresco en México
México es uno de los países con mayor consumo de refrescos en el mundo. Aunque tomar un vaso ocasionalmente puede parecer inofensivo, hacerlo de manera habitual puede provocar consecuencias serias para la salud. Diversas investigaciones han relacionado su consumo frecuente con el aumento de peso, la obesidad, la diabetes tipo 2, problemas hepáticos, enfermedades cardiovasculares e incluso con un mayor riesgo de muerte prematura.
¿Por qué el refresco engorda?
De acuerdo con la Escuela de Salud Pública de Harvard (Harvard T.H. Chan School of Public Health), las bebidas azucaradas como los refrescos aportan muchas calorías pero no contienen nutrientes. Uno de los problemas más relevantes es que el cuerpo no percibe estas calorías de la misma forma que las de los alimentos sólidos.
Los estudios indican que las personas que consumen calorías en forma líquida no reducen su ingesta alimenticia en las comidas posteriores. Esto significa que además de tomar refresco, continúan comiendo la misma cantidad, lo que se traduce en un exceso calórico que lleva al aumento de peso.
Además, el dulzor de estas bebidas puede estimular el apetito, especialmente por otros productos altos en azúcar o carbohidratos, generando un ciclo de antojos que puede favorecer el sobrepeso.
¿Cuántas calorías tiene una lata de refresco?
Una lata estándar de refresco (355 ml) contiene aproximadamente 150 calorías. Si se consume una diaria sin ajustar el resto de la alimentación, en el transcurso de un año eso representa más de 54,000 calorías extra, lo que puede traducirse en un aumento de hasta 2.2 kilos de peso corporal anualmente, según cálculos de Harvard.
¿Y si dejo el refresco?
Diversos estudios científicos han evaluado el impacto de eliminar las bebidas azucaradas de la dieta diaria. La publicación The American Journal of Clinical Nutrition en su edición 2023 encontró que reducir el consumo de bebidas azucaradas ayuda a perder peso, particularmente cuando se sustituyen por agua.
Otra investigación citada por Harvard siguió durante 20 años a 120,000 personas. El estudio observó que quienes tomaban refresco todos los días ganaban, en promedio, medio kilo adicional cada cuatro años, mientras que quienes dejaron de hacerlo reportaron una tendencia al descenso de peso.
¿Cuánto puedes bajar?
Aunque la cantidad exacta puede variar según la dieta general, el nivel de actividad física y el metabolismo de cada persona, la evidencia indica que simplemente eliminando una lata de refresco al día es posible evitar subir hasta 2 kilos al año, e incluso perder peso si no se reemplaza con otras calorías vacías.
Sustituir el refresco con agua, café o té sin azúcar puede ser una estrategia efectiva para mejorar la salud y reducir el peso corporal a largo plazo.
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