La alcaldía de Tláhuac encabezada por Araceli Berenice Hernández Calderón, enfrenta una preocupante ola de violencia vinculada a la disputa entre organizaciones criminales por el control del territorio.
En los últimos meses, diversos hechos delictivos, incluyendo asesinatos, ataques armados y extorsiones han sembrado el temor entre los habitantes de esta demarcación del sureste capitalino.
El conflicto entre grupos como el Cártel de Tláhuac, Los Rodolfos, Los Molina y La Familia Michoacana ha derivado en un ambiente de inseguridad constante.
La pugna por el control de rutas de distribución de drogas, así como por el cobro de extorsiones, ha convertido a barrios, colonias y pueblos originarios en escenarios de violencia recurrente ante el silencio y la complicidad de las autoridades de la alcaldía.
Incluso algunos saben el modo de operar de los delincuentes para ubicar los negocios que pueden pagar de mil pesos a cinco mil pesos semanales. El modus operandi consiste en algo sencillo, como vigilar los comercios, sacarles fotografías.
Yuri Sánchez, comerciante Peña Alta, asegura que los delincuentes que vigilan los comercios, son jóvenes en motonetas que se pasan horas frente a los comercios con celular en mano sacando fotografías, después de algunos días llegan más de cinco sujetos con armas de fuego al local para exigir al pago a cambio de no matar a los trabajadores o incendiar el negocio.
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