El director de una cárcel mexicana donde el fin de semana un sangriento motín dejó 19 muertos, heridos y la fuga de al menos 30 reos fue cesado de sus funciones, informaron el martes autoridades, agregando que decenas de reos peligrosos fueron trasladados a otros penales.
Alejandro Alvarado, jefe del reclusorio de la fronteriza Ciudad Juárez, en el norteño estado Chihuahua, era además investigado por su posible papel en los violentos hechos, al igual que un grupo de funcionarios penitenciarios, dijo la fiscalía estatal.
La institución informó también sobre el traslado a otras prisiones de 191 internos que cumplen condenas por delitos de alto impacto, a través de un operativo vía aérea, en medio de la zozobra de sus familiares que se preguntaban sobre su paradero.
“Estamos preocupados”, dijo a Reuters María Luisa Peña, tía de un recluso, visiblemente angustiada. “Queremos saber si está bien, qué es lo que está pasando”, agregó.
La fiscalía no aclaró a qué penales fueron llevados.
El domingo, un grupo de hombres fuertemente armados arribó al centro penitenciario y disparó a quemarropa contra custodios, lo que permitió la evasión de 25 reclusos, entre ellos el líder de una organización criminal local.
Tras la fuga, autoridades alertaron sobre los altos niveles de corrupción en el reclusorio, que además operaba muy por encima de su capacidad.
El lunes, el gobierno de Chihuahua reportó la muerte de otras siete personas durante dos enfrentamientos ocurridos en operativos para localizar a reos fugados y atacantes. Dos de los fallecidos eran agentes de la policía ministerial.
Con información de Reuters
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