Unos 8,000 migrantes centroamericanos han ingresado a Guatemala en las últimas horas como parte de una caravana que busca llegar a Estados Unidos desde Honduras, informaron el sábado autoridades de migración.
Los integrantes del grupo se dirigían rumbo a la frontera con México, donde las autoridades locales han desplegado tropas y policías antimotines para tratar de frenar su paso.
Familias enteras, que durmieron en torno a las desoladas carreteras que conectan Honduras con Guatemala, comenzaron a avanzar desde muy temprano, a pesar de las detenciones ocurridas en la víspera y de los cientos de militares que permanecen desplegados a lo largo de la frontera.
Nueva caravana migrante cruza la frontera entre Honduras y Guatemala.
Se preparan para llegar a Estados Unidos pese a las restricciones migratorias. pic.twitter.com/8F0ixsOaMK
— Ruido en la Red (@RuidoEnLaRed) January 16, 2021
Caravan from Honduras busting through Guatemala Border in route to the USApic.twitter.com/ZSdFqGLzxb
— Drew Hernandez (@DrewHLive) January 16, 2021
La primera caravana de migrantes del año se produce menos de una semana antes de que el presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden, asuma el cargo.
Biden ha prometido un enfoque más humano de la migración, en contraste con las políticas de línea dura del presidente saliente Donald Trump.
HUYEN MIGRANTES DE CRISIS POR COVID-19 Y HURACANES
Desafiando las advertencias de las autoridades, la caravana ha venido creciendo en las últimas horas, y sus miembros sostienen que se unieron por la crisis exacerbada por la pandemia del coronavirus y los devastadores huracanes que golpearon la región en 2020.
“No tenemos nada para darle de comer a nuestros hijos. Y somos miles de personas que quedamos completamente en la calle”, afirmó María Paz, madre de cuatro hijos que aseguró haber perdido su hogar tras las recientes tormentas Eta e Iota.
Los migrantes, muchos de ellos jóvenes y mujeres con niños a cuestas, partieron el viernes de una terminal de autobuses en la industrial ciudad hondureña San Pedro Sula, huyendo de la agravada pobreza y de la violencia en su país de origen.
“Primero por la pandemia perdí mi empleo. Después, con los huracanes, perdí mi casa”, dijo Melvin Paredes, que se unió a la caravana junto con su hermano.
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