Al cruzar la entrada del Callejón del Aguacate, el bullicio de la ciudad parece desvanecerse. Solo queda el crujir de los pasos sobre el empedrado antiguo y el murmullo casi imperceptible del viento entre las casas coloniales. Sus muros altos y balcones de madera observan silenciosos, como guardianes de historias que se niegan a ser olvidadas. La estrechez del callejón y la altura de sus muros crean un efecto acústico especial: cada sonido se amplifica, haciendo que incluso la sombra de tus propios pasos parezca acompañada.
La leyenda más conocida relata la historia de un militar de los años treinta que, al cruzar el pasaje en la noche, se topó con un niño jugando bajo el gran árbol de aguacate que da nombre al lugar. Fascinado por las medallas del niño, reaccionó con violencia, dejando una marca imborrable en la memoria del callejón. Consumido por la culpa, levantó un altar a la Virgen en la esquina más cercana al árbol; hoy, veladoras y flores permanecen encendidas de manera casi permanente, convirtiéndose en un pequeño santuario que vecinos y visitantes respetuosos continúan honrando.
Otros relatos incluyen apariciones de una monja que se desliza entre los muros o sombras que cobran vida al caer la tarde. No son historias que asusten, sino relatos que dan textura a la atmósfera única del lugar. Como dice un guía local: “Muchos visitantes sienten un cambio en el aire. No es miedo, es como si algo estuviera observando sin moverse.”
Más allá de lo paranormal, el callejón es un ejemplo vivo de la arquitectura y la traza urbana colonial: casas del siglo XVII y XVIII casi intactas, empedrado original que genera ecos curiosos y un árbol centenario que actúa como eje central. Sus aproximadamente cuatro metros de ancho invitan a recorrerlo a pie y a imaginar cómo se vivía en la época novohispana, cuando estos callejones funcionaban como microcomunidades dentro del barrio.
Guía rápida para tu visita
- Ubicación: Aguacate S/N, Barrio Santa Catarina, Coyoacán
- Acceso: a pie, a 10 minutos del centro de Coyoacán
- Mejor hora: día y atardecer, para apreciar la arquitectura y la atmósfera
- Noche: recomendable solo en tours organizados
- Consejo: calzado cómodo, cámara y respeto total por vecinos y casas
Después de recorrer el callejón, el corazón de Coyoacán ofrece más: el Jardín Centenario con cafés y librerías, museos cercanos como la Casa de Cultura de Santa Catarina, y una gastronomía que va desde churros hasta cafés con terraza. El Callejón del Aguacate se convierte así en un punto de partida perfecto para un recorrido cultural completo, donde historia, arquitectura, leyenda y vida cotidiana se entrelazan.
Visitar este callejón no es solo buscar fantasmas; es sentir la historia viva de un barrio que aún guarda sus secretos, un recordatorio de que Coyoacán es mucho más que plazas y museos: es un espacio donde la ciudad y sus historias aún respiran.

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