Bugatti ha trascendido más allá del mundo automotriz, dejando una marca imborrable en la alta relojería. A lo largo de su historia, la marca francesa ha cultivado alianzas con los más prestigiosos relojeros, reflejando su obsesión por la precisión y la innovación en cada colaboración.
Uno de los primeros hitos de esta relación se remonta a 1925, cuando la casa relojera suiza Mido creó una colección inspirada en la estética de Bugatti. Ettore Bugatti, fiel a su búsqueda de excelencia, supervisó el diseño de estos relojes, los cuales fueron entregados a sus mejores pilotos y mecánicos. Con una caja de oro en forma de parrilla de herradura y el emblema «EB» en rojo, estos relojes no solo eran piezas exclusivas, sino que también permitían a los conductores consultar la hora sin soltar el volante.
En 1932, Bugatti reforzó su vínculo con la relojería al encargar a Breguet la fabricación de una serie de cronógrafos para el legendario Type 41 Royale. Estos relojes, diseñados con una función de tacómetro y una reserva de marcha de ocho días, llevaban en su esfera la inscripción «Spécial pour Bugatti», reflejando el compromiso de la marca con la precisión y la elegancia. Décadas más tarde, en 2016, Breguet recuperó un ejemplar numerado «2023», reafirmando la importancia histórica de esta colaboración.
El resurgimiento de Bugatti en el siglo XXI trajo consigo una nueva incursión en la relojería. En esta ocasión, la marca confió en Michel Parmigiani para desarrollar un reloj revolucionario: el Bugatti Type 370. Inspirado en la disposición de la caja de cambios del Veyron, este modelo presentaba un mecanismo alineado en un solo eje y un diseño innovador. Su impacto fue tal que en 2006 recibió el prestigioso galardón de «Reloj del Año».
Tras una década de colaboración con Parmigiani Fleurier, Bugatti decidió en 2019 asociarse con Jacob & Co. para seguir desafiando los límites del diseño relojero. Fruto de esta alianza nacieron modelos excepcionales como el Twin Turbo Furious Bugatti Edition y el Chiron Tourbillon, cuya mecánica replicaba en miniatura el icónico motor W16. También se lanzó el Jean Bugatti, un cronógrafo de gran complejidad que rindió homenaje al hijo del fundador de la marca.
El año 2024 marcó un nuevo capítulo en la fusión entre relojería y automoción, con la presentación del hiperdeportivo Bugatti Tourbillon. Este modelo innovador incorporó un cuadro de instrumentos analógico de alta precisión, desarrollado junto a expertos relojeros suizos. Su mecanismo, compuesto por más de 600 piezas, se mantenía fijo mientras el volante giraba a su alrededor, un logro sin precedentes en la ingeniería automotriz.
Inspirado en este avance, Jacob & Co. y Bugatti anunciaron el lanzamiento del Bugatti Tourbillon, un reloj limitado a 250 unidades que toma diez elementos de diseño directamente del hiperdeportivo. La caja, la corona de cuerda y otros detalles reflejan fielmente la esencia del automóvil. En su interior, un tourbillon volante de 30 segundos y un automaton con un motor V16 en miniatura, elaborado en zafiro transparente, elevan el concepto de integración entre la relojería y la ingeniería automotriz.
El próximo mes de abril, Ginebra será el escenario de la presentación de una nueva edición exclusiva de este reloj, reforzando el legado de Bugatti en la alta relojería. A lo largo de su historia, la marca ha demostrado que su pasión por la perfección no se limita a la fabricación de autos, sino que se extiende a cada esfera en la que deja su impronta. Bugatti y la relojería comparten una visión común: la búsqueda incansable de la excelencia y la sofisticación, llevando el arte de medir el tiempo a un nivel superior.
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