López Obrador insistió que eventos violentos, como los asesinatos ocurridos en el templo de la comunidad de Cerocahui, Chihuahua no le harán replantear la estrategia de seguridad, porque “estos son el fruto podrido de una política de corrupción y de impunidad”, la cual, abundó, no se puede arrancar de la noche a la mañana porque proviene desde el sexenio de su antecesor Felipe Calderón.
El mandatario interpretó que el mensaje del papa Francisco, en el cual el pontífice lamentó que en México haya tantos asesinatos, es “equilibrado” porque refleja lo que su gobierno de México considera en relación a que la violencia genera mayor violencia.
“Sí hay más asesinatos que en la época de Felipe Calderón, solamente que nosotros recibimos los homicidios hasta la punta, mero arriba, y Calderón no lo recibió así el país, todavía en el gobierno pasado le subieron más”, justificó.
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