Considerada como la legislación más restrictiva de Estados Unidos, es la que el gobernador de Oklahoma, Kevin Stitt, firmó, una ley que prohíbe el aborto en el estado desde el momento de la fertilización, lo que permite emprender procesos penales contra cualquier persona que ayude a una mujer a abortar, misma que entró en vigor tras la firma del mandatario estatal.
“La vida comienza desde la concepción y tenemos la responsabilidad como seres humanos de hacer todo lo posible para proteger la vida de ese bebé y la de la madre”, dijo en un comunicado el gobernador.
La ONG Unión de Libertades Civiles (ACLU) respondió en un comunicado que “nadie debería ser forzada a continuar con un embarazo en contra de su voluntad” y advirtió de que prohibir el aborto pone en peligro a las mujeres, que tienen que interrumpir su embarazo fuera del sistema de salud.
La ley, aprobada por ambas cámaras del estado, prohíbe cualquier aborto a partir de la fertilización, excepto cuando la vida de la madre se encuentra en peligro, o cuando el embarazo es resultado de una violación o de incesto.
Además, siguiendo la línea de la polémica ley contra el aborto aprobada el año pasado en Texas, la nueva norma permite a los ciudadanos denunciar a cualquier compañía o persona que asista a una mujer en la interrupción de su embarazo.
Comentarios
0 comentarios