Al menos 100 personas muertas y alrededor de 70 desaparecidas además de daños catastróficos, es el saldo del paso de el tifón «Kalmaegi», que golpeó violentamente a Filipinas, dejando en ruinas a pueblos enteros en el centro del país.
En Cebú, zona turística, las calles quedaron cubiertas de lodo y las casas reducidas a cascarones, por lo que los residentes piden ayuda.
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