El First Republic Bank, se encuentra en graves problemas financieros desde el pasado lunes 24 de abril y aún después de haber recibido un rescate de 30.000 millones de dólares semanas atrás, aportados por 11 entidades financieras, sin que parecer, eso fuera suficiente, después de las campanadas de auxilio del First Republic, que en apenas una semana ha perdido más del 50% del valor de sus acciones en Wall Street. Cientos de clientes han extraído de sus depósitos más 100.000 millones de dólares y la tendencia se mantiene.
El lunes 24 de abril, First Republic Bank cayó más del 20% en Wall Street, al siguiente día se derrumbó un 49%. Este desplome significa que perdió más de 90% de su capitalización bursátil desde inicios de marzo.
El miércoles 26 de abril, el banco regional estadounidense siguió en caída libre con una pérdida de 30%, alimentando las preocupaciones sobre las condiciones de otorgamiento de créditos en EEUU.
Los resultados trimestrales de First Republic dieron cuenta de una pérdida del 41% de sus depósitos entre finales de 2022 y finales de marzo.
Al considerar el dinero depositado por 11 bancos estadounidenses en una alianza de salvamento convocada por JP Morgan Chase, los depósitos cayeron 72.000 millones de dólares en el primer trimestre, 41% del total, para situarse en 104.000 millones a finales de marzo.
Si no se considera el aporte de los grandes bancos, la reducción fue de 102.000 millones de dólares.
La entidad anunció que establecerá medidas de ahorro, entre ellas una reducción de 20-25% de su plantilla de trabajadores en el segundo trimestre, pero quizás ni esto la libere del fuerte mal tiempo que enfrenta.
Además, explora la venta de entre 50.000 millones de dólares y 100.000 millones de dólares en valores e hipotecas a largo plazo en aras de salir de la crítica situación en la que se encuentra.
Los compradores potenciales, incluidos los grandes bancos, podrían recibir garantías o acciones preferentes como incentivo para comprar activos por encima de su valor de mercado.
El banco trata de apuntalar su balance para evitar ser incautado por la Corporación Federal de Seguros de Depósitos y despejar el camino para un posible aumento de capital; no obstante, es muy probable que necesite que el gobierno federal facilite negociaciones con algunos de los bancos más grandes del país para intentar estabilizarlo, lo que sería una alternativa mucho más barata que una quiebra de la empresa, según expertos.
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