Los restos de la reina Isabel II ya están en la catedral de St. Giles, en Edimburgo, donde el ataúd permanecerá hasta que mañana, martes, sea llevado a Londres, de cara al funeral de Estado el día 19 en la Abadía de Westminster.
Por detrás del féretro, cubierto con el estandarte real de Escocia y una corona de flores, caminaron el rey Carlos III, la princesa Ana; el duque de York, Andrés, y el conde de Wessex, Eduardo, los cuatro hijos de Isabel II y el duque de Edimburgo, en un ambiente de respetuoso silencio de la gente congregada en el lugar.
El coche fúnebre, que avanzó detrás de dos policías montados a caballo, fue flanqueado por guardias del Regimiento de Escocia, con sus faldas tartán y sus boinas escocesas. Por detrás de los cuatro hijos de la reina, caminó el vicealmirante Tim Laurence, marido de la princesa Ana.
El rey lleva uniforme ceremonial con rango de mariscal de campo, mientras que la princesa Ana viste su uniforme de almirante, el príncipe Andrés chaqué con sus medallas y condecoraciones, en tanto que el príncipe Eduardo viste uniforme de coronel honorario.
Más atrás viajaron en el coche real la reina consorte, Camila, y la condesa de Wessex, Sofía, esposa del príncipe Eduardo. A la salida del palacio de Holyroodhouse se escuchó el sonido de una gaita mientras el ataúd era colocado en el coche fúnebre.
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