Cada 28 de junio la comunidad LGBT (lesbiana, gay, bisexual y transexual) cobra protagonismo y celebra el “Día del Orgullo”. No se trata de una fecha escogida al azar, ese día se recuerda los enfrentamientos en Greenwich Village, específicamente en Stonewall. Durante la madrugada del 28 de junio de 1969 estallaron fuertes enfrentamiento entre aproximadamente 150 personas pertenecientes a la comunidad LGBT y la policía de Nueva York. Los disturbios sucedieron en Stonewall, exactamente.
Además de ser un famoso bar neoyorkino, en los años 60 y 70, Stonewall era un espacio de resistencia política. La redada que dio pie al abuso policial sufrido, fue luego recordada con manifestaciones sociales que dieron nacimiento a los colectivos conocidos como: Frente de Liberación Gay y la Alianza de Activistas Gay.
Estos grupos buscaban la libertad, la lucha por los derechos humanos y la dignidad para toda la comunidad LGBT. Entre las décadas de los años 50 y 60, los estadounidenses gays y lesbianas tenían un sistema legal hostil que penalizaba cualquier tipo de relación homosexual.
En algunos estados como California y Pennsylvania los homosexuales eran catalogados como “ofensores sexuales”. Podían ser encerrados en instituciones mentales por toda su vida —donde eran sometidos a terapia de electroshock, terapia emética, hipnosis o lobotomías— e incluso, en al menos siete estados, podían ser castrados.
En este contexto, un año después de la agresión en Stonewall, varios grupos LGBT se hicieron presentes marchando en las afueras del bar. La causa se fue haciendo eco y año a año las marchas se fueron realizando en otras partes de Estados Unidos. Luego fueron realizadas en todo el mundo, por los diferentes colectivos locales.
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