El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, calificó su homólogo ruso, Vladimir Putin, de criminal de guerra y dijo que pediría un juicio por delitos de lesa humanidad, en medio de la conmoción de la comunidad internacional por los reportes de los asesinatos de civiles en la ciudad ucraniana de Bucha.
La indignación mundial creció el lunes por las masacres de civiles en el norte de Ucrania, donde se hallaron cuerpos atados con disparos a corta distancia, una fosa común y otros signos de ejecuciones en una ciudad retomada a las tropas rusas, mientras el foco de atención del conflicto se desplazaba a otros lugares.
Estados Unidos y Europa parecían dispuestos a imponer nuevas sanciones a Moscú tras la destrucción y las muertes de civiles en Bucha, a las afueras de Kiev, mientras se planteaba la posibilidad de imponer restricciones a las exportaciones energéticas rusas.
Los hallazgos también estaban a punto de eclipsar las conversaciones de paz entre Rusia y Ucrania, que debían reanudarse el lunes con el telón de fondo de los bombardeos de artillería en el sur y el este de Ucrania, donde Rusia dice estar centrando sus operaciones.
Taras Shapravskyi, teniente de alcalde de Bucha, a unos 40 kilómetros al noroeste de Kiev, dijo que fueron halladas unas 50 víctimas de ejecuciones extrajudiciales por parte de las tropas rusas tras la retirada de las fuerzas del Kremlin a finales de la semana pasada.
Las autoridades ucranianas dijeron que habían encontrado 421 víctimas civiles cerca de Kiev hasta el domingo y que estaban investigando posibles crímenes de guerra en Bucha, una descripción usada también por el presidente francés Emmanuel Macron y, en referencia a la ofensiva más amplia de Rusia, por la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos.
El Kremlin negó de forma categórica cualquier acusación relacionada con el asesinato de civiles en la ciudad.
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