Como indemnización a los sobrevivientes y familiares de los muertos en un tiroteo en una iglesia de Texas en 2017, es que la Fuerza Aérea de Estados Unidos deberá pagar más de 230 millones de dólares, esto por no alertar sobre una condena que podría haber evitado que el agresor adquiriera legalmente el arma que utilizó en el ataque, dictaminó ayer lunes un juez federal.
Más de una veintena de personas murieron cuando Devin Patrick Kelley abrió fuego durante una ceremonia dominical en la Primera Iglesia Bautista de Sutherland Springs, Texas. Al parecer se suicidó después de ser baleado y perseguido por dos hombres que escucharon los disparos en la iglesia. Él había sido integrante de la Fuerza Aérea.
El juez de distrito Xavier Rodríguez había fallado en julio que la Fuerza Aérea era “responsable en un 60%” del ataque porque no reportó a una base de datos nacional una condena de Kelley por agresión durante su época en esa institución armada.
Un registro de la corte marcial de Kelley en la Fuerza Aérea señala que el acusado se declaró culpable de varias especificaciones de agresión, incluyendo golpear a su esposa, estrangularla con las manos y patearla. También fue declarado culpable de golpear a su hijastro en la cabeza y el cuerpo “con una fuerza que probablemente podría producir la muerte o daño corporal grave”.
Comentarios
0 comentarios
