Este martes, el Banco Mundial revisó a la baja su previsión de crecimiento del PIB global para 2022 en 0.2 puntos porcentuales, hasta el 4.1% después del 5.5% registrado en 2021.
Pero “las perturbaciones económicas provocadas por Ómicron podrían reducir aún más el crecimiento global este año, de 0.2 a 0.7 puntos porcentuales” adicionales, hasta 3.9% o incluso al 3.4%, añadió el organismo.
En el peor escenario “la mayor parte del impacto se sentiría en el primer trimestre de 2022, seguido de un repunte notable en el segundo trimestre”, asegura.
Esta cuarta ola de Covid-19 provoca por el momento menos restricciones que la de 2020 “y si el brote disminuyera pronto, el impacto económico sería más bien leve”, sostuvo.
Pero “si la variante se afianzara en el tiempo, con un número elevado de contagios y presiones sobre el sistema sanitario, entonces el crecimiento sería más débil”, matizó.
En este supuesto, la escasez de mano de obra aumentaría, perturbando aún más las cadenas de suministro mundiales y alimentando el alza de precios.
En caso que se registrara una inflación creciente, el banco central estadounidense podría subir brutalmente las tasas de interés de referencia, lo que elevaría el costo de endeudamiento para los países emergentes, ya de por sí sujetos a una deuda récord, lo que sin duda agravaría la economía internacional.
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