California enfrenta una de las peores crisis climáticas de los últimos años. Autoridades estatales declararon el estado de emergencia tras el impacto de tormentas históricas y nevadas de intensidad extrema que han dejado comunidades incomunicadas, viviendas sepultadas bajo la nieve y un saldo preliminar de al menos cuatro personas fallecidas.
La fuerza de la naturaleza ha sido implacable. En varias zonas del estado, las nevadas han alcanzado niveles calificados como “apocalípticos”, bloqueando carreteras, colapsando infraestructuras y obligando a miles de familias a permanecer confinadas en sus hogares sin acceso inmediato a servicios básicos.
Más de 38 millones de personas se encuentran en riesgo extremo, de acuerdo con los reportes oficiales. Las autoridades advirtieron que las condiciones podrían empeorar en las próximas horas debido a la continuidad del sistema de tormentas, lo que mantiene en alerta máxima a los equipos de emergencia.
Ante la magnitud del desastre, la ayuda aérea ya está en marcha. Helicópteros y equipos especializados han comenzado labores de rescate y abastecimiento en las zonas más afectadas, mientras se evalúan los daños y se coordinan acciones para proteger a la población vulnerable.
Las autoridades exhortan a la ciudadanía a evitar desplazamientos innecesarios, mantenerse informada a través de canales oficiales y seguir las recomendaciones de protección civil mientras continúan las labores de emergencia.
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