El secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, supervisa en Texas la expulsión de migrantes, en su mayoría haitianos, de un extenso campamento improvisado que establecieron después de cruzar el Río Grande desde México.
El campamento debajo de un puente que cruza el río que divide la frontera es el último foco rojo para las autoridades estadounidenses que buscan detener el flujo de miles de migrantes que huyen de la violencia de las pandillas, la pobreza extrema y los desastres naturales en sus países de origen.
Mayorkas pidió a los migrantes que renunciaran a su viaje hacia el norte, argumentando que el Gobierno “no tiene más remedio” que expulsarlos.
El funcionariodará una conferencia de prensa, según un comunicado de su oficina.
El campamento en Del Río, Texas, ha sido el hogar temporal de 12,000 migrantes en algún momento. Muchos habían recorrido América del Sur y Centroamérica para llegar allí y esperaban solicitar asilo.
Los primeros vuelos de haitianos expulsados del campamento aterrizaron en Puerto Príncipe el domingo y al menos tres más estaban programados para aterrizar el lunes, según el sitio en internet de seguimiento de trayectos aéreos Flightaware.
Del Río se encuentra al otro lado de la frontera con Ciudad Acuña, ubicada en el lado mexicano del Río Grande.
Con información de Reuters
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