La creciente integración de la inteligencia artificial (IA) en la industria audiovisual ha generado un fuerte debate sobre los derechos de los artistas. Ante el riesgo de que su voz e imagen sean utilizadas sin consentimiento para el desarrollo de sistemas automatizados, el Gobierno ha incluido en el borrador del Estatuto del Artista una cláusula que prohíbe explícitamente este uso sin un acuerdo previo.
El documento, que aún se encuentra en negociación con los representantes del sector y el Ministerio de Trabajo, establece que, salvo que haya un pacto escrito, las empresas no podrán emplear la imagen o el trabajo de los actores para entrenar inteligencia artificial ni para replicarlos digitalmente. En caso de que un artista acepte ceder su trabajo para estos fines, la normativa contempla que reciba una compensación económica específica.

El avance de la IA y su impacto en la industria
El desarrollo de herramientas basadas en IA ha permitido la creación de voces sintéticas y recreaciones digitales de actores, lo que plantea interrogantes sobre el futuro laboral de quienes trabajan en la industria del entretenimiento. Estos sistemas requieren una gran cantidad de datos para lograr imitaciones precisas y realistas, por lo que utilizan grabaciones de voces humanas con distintos tonos y emociones.
Esta tecnología ha comenzado a generar inquietud entre los actores de doblaje, un sector particularmente expuesto a la automatización. Ante esta situación, muchos profesionales han optado por incluir cláusulas en sus contratos que impidan que su trabajo sea utilizado para entrenar modelos de inteligencia artificial sin su autorización.
El uso de IA no se limita a la voz. La recreación digital de rostros y movimientos corporales también ha avanzado significativamente. Existen herramientas capaces de generar versiones rejuvenecidas de actores o incluso reconstrucciones de intérpretes fallecidos, lo que ha abierto el debate sobre los límites éticos y legales de estas prácticas.

El Estatuto del Artista y las negociaciones
El Estatuto del Artista es un proyecto que busca actualizar la regulación laboral de los profesionales del sector, cuya actividad se caracteriza por contratos intermitentes y condiciones de empleo variables. La normativa vigente, aprobada en 1985, no contempla los desafíos actuales, por lo que desde 2018 se trabaja en una actualización que aborde estas cuestiones.
Algunas medidas ya han sido implementadas, como la compatibilidad entre la percepción de pensiones y los ingresos por actividades artísticas, una mayor flexibilidad en la cotización para acceder a prestaciones por desempleo y la creación de un contrato laboral específico para el sector. No obstante, aspectos fiscales y sanitarios han dificultado la aprobación definitiva de la norma, retrasando su implementación.
El debate sigue abierto. Mientras el sector artístico espera que el nuevo Estatuto del Artista establezca garantías concretas, la industria audiovisual enfrenta el reto de integrar las nuevas tecnologías sin vulnerar los derechos de los profesionales que la conforman.
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