La alimentación escolar en México está por experimentar un cambio significativo con la prohibición de la venta y consumo de alimentos y bebidas ultraprocesadas en las escuelas del país. A partir del 29 de marzo de 2025, los planteles educativos no podrán ofrecer productos conocidos como «comida chatarra», como parte de una estrategia nacional para fomentar hábitos saludables entre niños y adolescentes.
Un esfuerzo conjunto por la salud infantil
Este proyecto, impulsado por el gobierno de Claudia Sheinbaum, es una acción coordinada entre la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la Secretaría de Salud, que desde septiembre de 2024 establecieron los lineamientos para regular la alimentación en las escuelas. La iniciativa busca garantizar que los estudiantes accedan a alimentos nutritivos y de calidad, con el fin de combatir problemas de salud como la obesidad infantil y enfermedades asociadas al consumo de productos ultraprocesados.
El titular de la SEP, Mario Delgado Carrillo, ha hecho un llamado a las comunidades escolares para que se sumen activamente a la implementación de estas medidas. En particular, instó a los docentes y vendedores dentro de las instituciones a comprometerse con la causa y sensibilizarse sobre la importancia de una alimentación equilibrada.
Jornadas de salud y prevención de adicciones
Como parte complementaria de esta iniciativa, durante marzo también se llevarán a cabo jornadas de salud en todas las primarias públicas del país. En ellas, se ofrecerán servicios de salud bucal, revisión de agudeza visual y entrega gratuita de lentes para aquellos estudiantes que lo requieran. Además, se reforzará la promoción de la actividad física para incentivar un estilo de vida más saludable desde la infancia.
Por otro lado, desde enero de 2025 se ha implementado la «Estrategia en el aula: Prevención de adicciones», que incluye la campaña «El fentanilo te mata: Aléjate de las drogas, elige ser feliz». Dirigida a estudiantes de secundaria y bachillerato, esta iniciativa busca concientizar a los jóvenes sobre los riesgos del consumo de sustancias adictivas, fortaleciendo su información y previniendo conductas de riesgo.
Impacto y retos de la regulación alimentaria en escuelas
La implementación de estas medidas supone un desafío importante, especialmente en un país donde los hábitos alimenticios suelen estar influidos por la publicidad y la facilidad de acceso a productos ultraprocesados. Sin embargo, con el apoyo de docentes, familias y las propias autoridades, se espera que esta regulación tenga un impacto positivo en la salud infantil y juvenil, reduciendo la incidencia de enfermedades relacionadas con la mala alimentación.
Este esfuerzo se suma a otras iniciativas de salud pública que buscan mejorar la calidad de vida de las nuevas generaciones, promoviendo una cultura de prevención y bienestar integral. El reto ahora es garantizar que la prohibición se cumpla y que la comunidad educativa se adapte a estos nuevos estándares para el beneficio de todos los estudiantes.
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