En diciembre de 2024, el Metro de la Ciudad de México (CDMX) implementó una medida que busca no solo mejorar la movilidad urbana, sino también aliviar la carga económica de millones de usuarios. Esta iniciativa incluye la gratuidad del servicio en toda su red de más de 190 estaciones, un esfuerzo conjunto entre el Gobierno capitalino y el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de las Familias (DIF), en beneficio de los sectores más vulnerables.
La propuesta destaca por ser una respuesta innovadora a los desafíos económicos que enfrenta una parte considerable de la población mexicana. La estrategia se centra en el uso de la «tarjeta incluyente», un plástico diseñado para personas con discapacidad, que además de permitir el acceso gratuito al Metro, incluye beneficios adicionales como descuentos en el pago de servicios básicos y exenciones en trámites administrativos. Esta tarjeta forma parte de un enfoque más amplio que involucra al Sistema Integrado de Transporte Público, incluyendo el Metrobús, Trolebús, RTP, Cablebús y Tren Ligero.
Aunque esta medida ha sido ampliamente celebrada, plantea interrogantes sobre su sostenibilidad a largo plazo. Mantener la gratuidad del transporte público requiere de un robusto esquema de financiamiento que compense las pérdidas en ingresos por tarifas, a la vez que garantiza el mantenimiento y la modernización de la red. El Gobierno debe equilibrar esta inversión con la promoción de sistemas de transporte eficientes y ecológicamente sostenibles, como el impulso a energías renovables y el mantenimiento de unidades modernas.
Por otro lado, la emisión de la tarjeta incluyente demanda procesos administrativos eficientes para evitar retrasos o exclusiones involuntarias. La centralización del registro en una plataforma digital puede dificultar el acceso para algunos sectores, lo que subraya la necesidad de puntos de apoyo presencial y asistencia personalizada.
Esta iniciativa abre la puerta a reflexiones más profundas sobre la accesibilidad y equidad en la movilidad urbana. Mientras que diciembre marca un hito en las políticas de transporte de la CDMX, se plantea la posibilidad de ampliar medidas similares para otros sectores de la población, como estudiantes y adultos mayores.
La gratuidad del Metro de la CDMX en diciembre no solo representa un alivio inmediato para los bolsillos de los ciudadanos, sino que también refleja un compromiso gubernamental por hacer del transporte un derecho universal. Sin embargo, el éxito a largo plazo dependerá de una visión integral que combine la inclusión social con estrategias de financiamiento innovadoras y sostenibles.
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