Dayane de Jesús Barbosa, una joven estudiante de 22 años, perdió la vida de forma repentina mientras se encontraba en un gimnasio de Río de Janeiro. El desgarrador momento quedó registrado por cámaras de seguridad y el video no tardó en viralizarse en redes sociales.
En las imágenes, se observa a Dayane sentada tranquilamente en un banco del área de pesas. De un segundo a otro, se desploma hacia el suelo. A pesar de que otros usuarios acudieron rápidamente para auxiliarla, poco pudieron hacer.
Autoridades de Río confirmaron que el lugar no contaba con un desfibrilador, equipo esencial para responder ante emergencias cardíacas y cuya presencia es obligatoria en espacios públicos como gimnasios. La falta de este aparato fue clave en la tragedia, ya que impidió una reanimación eficaz mientras llegaban los servicios médicos.
Aunque hubo intentos desesperados por salvarla, la joven —quien estudiaba Relaciones Internacionales— fue declarada muerta poco después.
¿Una tendencia preocupante?
El caso de Dayane ha generado eco internacional, especialmente en México, donde hace unas semanas se reportó un caso similar en una sucursal de SmartFit en la Ciudad de México. Una joven falleció en el área de piernas y el personal del gimnasio fue detenido tras bajar el cuerpo al primer piso sin esperar a las autoridades.
Medios locales reportan al menos cinco muertes recientes en gimnasios de la capital mexicana, lo que ha encendido alarmas sobre la necesidad urgente de protocolos médicos, equipos de emergencia y personal capacitado en estos espacios.
Comentarios
0 comentarios
