El día de hoy, Claudia Sheinbaum confirmó lo que ya había anunciado la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa): se iniciará un proceso contra la empresa SpaceX de Elon Musk debido a la contaminación generada por la basura espacial que ha caído en las últimas semanas en Tamaulipas.
Ante los reportes sobre la caída de restos de metal, plástico y componentes de los cohetes de la empresa de Elon Musk, Sheinbaum dijo que las autoridades locales ya iniciaron las evaluaciones de los «impactos de seguridad ambiental» que representan los lanzamientos de los cohetes, que se realizaron desde el extremo sur de Texas cerca de la frontera con México.
Al ser consultada sobre el caso, la mandataria expresó en su habitual conferencia matutina que «se está haciendo la revisión general, qué leyes internacionales se están violando» y agregó que a partir de ahí se iniciará el proceso y las «demandas necesarias» porque «en efecto sí hay contaminación«.
La declaración de la presidenta coincidió por un pronunciamiento que realizó la víspera el gobernador oficialista de Tamaulipas, Américo Villarreal, quien exigió una evaluación del «cumpliendo con las distancias que se piden internacionalmente para poder tener este tipo de facilidades (instalaciones de cohetes)» y planteó que no se puede poner en riesgo a los centros urbanos.
La Profepa asumió la evaluación del impacto que podría tener la caída de basura espacial en la Playa Bagdad de la ciudad fronteriza Matamoros, en el estado de Tamaulipas.
SpaceX informó que el 27 de mayo lanzó su cohete Starship pero la nave espacial perdió el control y se desintegró. Casi media docena de naves de este tipo sufrieron averías y cayeron en los últimos seis meses en varios puntos.
El cohete de 123 metros despegó en su novena demostración desde Starbase, el sitio de lanzamiento de la empresa en Texas.
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