Desde 2004, una línea específica de vehículos diseñados bajo el código “EX” ha servido como plataforma de experimentación para Rolls-Royce. Lejos del alcance comercial, estos automóviles han sido desarrollos internos con un objetivo claro: anticiparse a los cambios tecnológicos y definir el carácter de los futuros modelos de producción.
El uso de la sigla “EX” no es nuevo. Se remonta a 1919 y se aplicaba a unidades de prueba. Tras varias décadas en desuso, la denominación fue retomada a principios del siglo XXI, coincidiendo con el inicio de una nueva etapa industrial en la planta de Goodwood, al sur de Inglaterra. A partir de entonces, Rolls-Royce utilizó estos vehículos como herramientas de validación en diversas áreas: desde motorización hasta lenguaje estético, pasando por nuevas configuraciones de habitáculo.

100EX – 2004
Presentado en el Salón de Ginebra, el 100EX fue el primer modelo experimental del periodo moderno. Sobre la base del Phantom VII, ofrecía una estructura más corta y un diseño descapotable con referencias náuticas evidentes: revestimientos en teca, líneas de inspiración marítima y una particular cola tipo «boat-tail». En lugar del clásico motor V12, incorporaba un V16 de 9 litros. Nunca llegó a producirse como tal, pero derivó en el Phantom Drophead Coupé, que sí alcanzó la línea de ensamblaje tres años más tarde.
101EX – 2006
Dos años después, también en Ginebra, la marca dio a conocer el 101EX. En este caso, la propuesta fue un coupé de cuatro plazas, con carrocería de fibra de carbono y una silueta más baja y estilizada. Mantenía la arquitectura del Phantom, pero con proporciones y acabados orientados al rendimiento y la conducción personal. Introdujo por primera vez el techo con iluminación de fibra óptica que hoy es un elemento común en modelos personalizados. Este proyecto evolucionó directamente en el Phantom Coupé de producción.
200EX – 2009
Con una estética más contenida y dimensiones más compactas, el 200EX sirvió como adelanto de un nuevo sedán. El objetivo era captar un público más joven y ampliar el alcance comercial. Su diseño buscaba modernidad sin perder identidad: superficies limpias, formas más angulares y una reinterpretación de la parrilla tradicional. Esta unidad fue el punto de partida para el Ghost, modelo que marcó un antes y un después en volumen de ventas para la marca.
102EX – 2011
Denominado también Phantom Experimental Electric, este vehículo fue el primer Rolls-Royce 100% eléctrico. A diferencia de los anteriores, su función principal fue recoger datos de uso y percepción. Durante meses recorrió distintas regiones del mundo para recoger opiniones de clientes potenciales, propietarios y especialistas sobre la posibilidad de electrificación sin pérdida de confort. El 102EX no tuvo continuidad directa, pero sus datos sirvieron como base técnica y estratégica para el desarrollo del actual Spectre, lanzado en 2023.

103EX – 2016
Diseñado como parte de un programa conceptual para los 100 años de BMW Group, el 103EX no fue pensado como una evolución hacia producción, sino como una visión especulativa de lo que podría ser el lujo automotriz dentro de varias décadas. Combinaba propulsión eléctrica, conducción autónoma y un habitáculo sin volante ni pedales, centrado en la experiencia del pasajero. También incorporaba un asistente digital personalizado. Su tamaño era similar al de un Phantom extendido, y su enfoque, absolutamente disruptivo.
Una línea que marcó el rumbo
Los modelos EX del periodo Goodwood no fueron diseñados para venderse ni para deslumbrar en salones. Fueron desarrollos de ingeniería destinados a probar ideas antes de su implementación en vehículos de producción. En ese sentido, funcionaron como puntos de inflexión para lo que sería la transformación industrial, estética y tecnológica de la marca.
Modelos como el Wraith, el Dawn, el Ghost y los distintos Phantom Coupé pueden trazar su origen directo a estos proyectos experimentales.

Actualmente, la planta de Goodwood se encuentra en expansión para albergar la producción de modelos 100% eléctricos. Esa evolución tecnológica no habría sido posible sin las experiencias acumuladas en modelos como el 102EX y 103EX. Hoy, los EX se consideran oficialmente los primeros modelos patrimoniales del periodo contemporáneo de la marca.
A pesar de no haber estado a la venta, estos vehículos jugaron un rol clave en el diseño del catálogo actual: desde el Wraith y el Dawn, ya descontinuados, hasta los actuales Ghost y Spectre. Todos beben, en mayor o menor medida, de las ideas que alguna vez se probaron bajo la etiqueta EX.
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